lunes, 22 de diciembre de 2014

BAR CASTILLA: LA ILUSIÓN DE DESAYUNAR CON DIAMANTES...

Hoy es un día diferente por dos motivos: 1- hoy es la lotería de Navidad, todas mis esperanzas están puestas en un numerito que me arregle la vida; y 2- hoy es la primera crítica a la carta. Hoy se perfectamente donde me dirijo, voy a un punto fijo. Hace unos días al subir la crítica a Facebook me hicieron una propuesta (que jamás petición no se me vaya a enfadar nadie) de probar las tostadas con tomate de un bar de Valencia. Yo, obviamente, acepte gustoso (es mas me gusta mucho la idea de que me propongan donde hacer la crítica, así que venga ¡ animarse!). Allá voy, un poquito más lejos de mi trabajo de lo normal, al bar Castilla (calle pintor Navarro Llorens, 17, Valencia). 

Entró a las 8,55. Hay poca gente y me sorprende el riguroso silencio, nada habitual en los bares. ¿ Café con leche y tostadas con tomate, por favor?. Me despacha con un simple si. Antes de sentarme cojo el periódico esta como en una estantería de metal para dejar solo los periódicos, están los generalistas ya cogidos así que me tengo que conformar con uno deportivo (realmente lo cogí por la fuerza de la costumbre no leí ni una página ). Me siento en medio del local, como siempre de cara a la puerta. Miro a mi alrededor, el Castilla es un bar de los de antes, con una decoración sobria, demasiado fría, trasmite cierto grado de desasosiego. Paredes absolutamente blancas y mesas claras (como diría mi madre hay que romper con algún color mas llamativo). Lo que me gusta es que la cocina es abierta. Tiene un ventanal enorme a través del cual se ve perfectamente el tejemaneje de los cocineros (si si, 2 cocineros, que no haya miseria). Mucho mejor eso que esa ventanita que tienen algunos bares que lo único que cabe son los platos de comida como si dentro tuviesen que ocultar algo o no se fiasen mucho de la profesionalidad de sus cocineros. Por suerte, esto en el Castilla no pasa. También es de agradecer que te reciba un cartel enorme de feliz navidad colgado en el ventanal de la cocina (ambiente frío pero con felicitación navideña). ¡!Nooooooooooo!! La tele esta apagada y los niños de San Ildefonso ya deben estar sacando números. ¿Pero como puede estar la televisión apagada en un día como hoy? ¿ Y si me toca y no me entero y aún así voy a trabajar?. Al menos poner la radio que oigamos el soniquete de los niños cantando que eso es tradición ( nada mi gozo en un pozo).




Entre estos pensamientos aparece mi café, a eso de las 8,58. ¡Que grata sorpresa! En el platito del café hay una galletita de esas de canela y es !!gratis!! ( hay que ver ese bendito adjetivo como nos gusta, los gratis lo gozamos más ). Hoy café con tostadas de tomate y galleta de canela ( como me gusta la canela). Por desgracia no esta la sacarina ( esto ya no me sorprende nada). Me levanto a por ello y que discriminación, entre una bandeja llena de sobres de azúcar el camarero tiene que escarbar para encontrar un misero sobrecito de sacarina (que discriminación mas grande, se dice que se discrimina por religión, ideología, sexo y un largo etcétera de circunstancias sociales, pero sin duda la mayor discriminación que yo estoy sufriendo es por consumir sacarina y no azúcar). La apariencia del café no es buena no tiene crema, algo de espuma pero sorprendentemente sabe bien, pensaba que estaría demasiado amargo (normalmente uno es lo que parece pero este café engaña).



A las 8,59 aparece mi tostada y su tomate y aceite. Si y digo bien mi tostada porque es solo una pero enorme tamaño XL ( yo prefiero dos mas pequeñas pero sin duda aunque una la cantidad en el Castilla es mas que suficiente). Presentación muy sencilla pan sobre plato blanco. La tostada es un pan de esos de bocadillo rebanado por la mitad. Viene sin montar, tengo que untármela yo y echar el aceite a mi gusto ( esto debería luego notarse en el precio este trabajo que estoy quitándole al cocinero). El tomate aparece en su bol, sin duda, podría rallarse y haberse mezclado mejor. El tomate es suficiente para cubrir uniformemente toda la tostada ( una tostada mal untada donde muerdas solo pan puede dar al traste con tu desayuno). El aceite me lo presentan en una botellita con cierre de seguridad para evitar que se derrame. Está muy rico, es un aceite intenso con mucho cuerpo. Es un aceite malagueño. 






Bueno monto yo la tostada a mi gusto, ya está lista para comer. No para de entrar gente al bar y se ve que son habituales porque se conocen. Solo falta la sal. Uy no me había fijado, tengo dos saleros. Uno estaba en la mesa y otro lo trajo el camarero. ¿Por qué tengo dos saleros? ¿Acaso tengo dos tostadas? ¿O dos cafés? ¡Que curioso!. Uno de los saleros tiene tapados algunos agujeritos como con un esparadrapo trasparente. Esto es de agradecer al Castilla, quien me haya seguido sabe que tengo una cruzada particular con los saleros porque no valen para las tostadas con tomate. No es la solución pero al menos es un intento de solución para que los amantes de las tostadas con tomate disfrutemos (creo que estoy obsesionado). No es la solución porque los agujeritos no son tal sino que son agujerotes, demasiado grandes, así que sigue saliendo demasiada sal.





Ahora si, que hambre, ya tengo montada mi tostada. Esta crujiente, no esta hecha a la plancha sino en hornillo, eso le da un crujiente muy especial. La verdad que esta muy buena, el pan esta muy muy rico. Sigo desayunando y el bar sigue llenándose. Hemos pasado de un silencio sepulcral a estar como en medio de un mercado con gente hablando.

A las 9,25 decido que hay que irse. Me acerco a la barra. ¿Te cobras? 2,40 por favor. ¿2,40? Eso es caro, no se ajusta a mis parámetros, el sobrecoste no se justifica. Con un buenos días me despido y el camarero me responde igualmente. La verdad que el trato ha sido el correcto ( aunque justo) normal, sin grandilocuencias, sin ser cariñoso, aunque con los clientes habituales si se notan diferencias.

Salgo por la puerta del Castilla, los Niños de San Ildefonso llevan casi media hora cantando, y yo aun no se si soy millonario, tendré que ir a trabajar, si me tocase no se si iría. ¿Desayunaría tostadas con tomate o desayunaría todos los días con diamantes?.

VALORACION:


Calidad: 8

   Tomate: 7

   Pan: 9

   Café: 7

   Aceite: 9


Cantidad: 10

Trato cliente: 8

Rapidez: 10

Calidad/Precio: 4


Total: 8



4 comentarios:

  1. querido amigo espero con interes tu proximo desayuno.....saludos

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  2. ya lo has probado! A veces ponen el tomate en una especie de cuencos de cristal (supongo tendrán varias clases), entonces yo lo que hago, es echar sal y aceite (bastante) a mi gusto y removerlo mucho, para que se "amalgame" bien (qué fina) y luego.. al ataque a cubrir ese fantástico pan. El precio es lo que no recordaba, pero tampoco lo veo caro ;)
    Me alegro que no te haya defraudado mi "propuesta", jajaja, llego a saber que ibas hoy y bajo contigo a desayunar!

    Marith DeLa S

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    1. Es una muy buen técnica amiga marith, quizá la ponga en practica. Si la verdad que acertaste en tu propuesta que no petición. Nada a tu próxima propuesta te aviso y hacemos crítica compartida. Un saludo

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