Hoy
es un día normal, muy normal, deseoso ya de que lleguen las navidades para
desconectar un poco del trabajo y poder conectarse con los polvorones,
turrones, mazapanes…( alguien debería dedicarles un blog). Hoy me apetecía
andar así que paro en una parada de metro distinta a la habitual. Algo hace que
me detenga, el típico cartelito que anuncia un desayuno popular. Lo que me
llama su atención es su precio, 2,15 desayuno popular (entre otras opciones).¿Qué
precio mas raro, no?, ni dos, ni dos con veinte, ni siquiera dos con diez. Que
exacto todo. Debe ser el precio psicológico ese que dicen (total cinco céntimos
arriba o abajo es una miseria, aunque yo soy de los que siempre espera su
cambio en los supermercados aunque sea un miserable céntimo. Llámame tacaño
pero es mío y lo quiero). No se si por que el precio psicológico ha producido
efecto en mi o porque ya me apetece mi café pero decido entrar. Alzo la vista,
estoy en la cafetería Lorena ( plaza Jesús, 7 Valencia). ¡Vamos para dentro!.
Son las 8 y 54 minutos de la mañana.
Lo
primero que llama mi atención, es la puerta, el rótulo que hay en la propia
puerta “ cafetal club”. ¿Club?, ya no se que me encontraré dentro, si un buen
café con tostadas o una barra americana con mujeres bailando sensualmente y acabaré
pidiéndome un ron con cola ( si , si ya se que club tiene muchas acepciones
pero que queréis con este frío la mente se turbia). Entro, no observo ni rastro
de una mujer, mejor dicho, ni rastro de ninguna mujer sensual ( la mujer que
desayuna en una de las mesas esta muy lejos de mi concepto de sensualidad),
definitivamente es una cafetería ( no se si mi sentimiento es de alegría o de
decepción, unas tostadas con tomate estupendo pero un gintonic bien hecho con
espectáculo también hubiese estado bien). Hay gente desayunando, en las mesas y
en la barra ( así como toda la vida, sentado en la barra), eso me ayuda a
pensar que el sitio promete.
Me
acerco a la barra ( de bar, no americana), ¿ unas tostadas con tomate y café
con leche , por favor?. Enseguida dice el camarero, mientras prepara dos
desayunos, da unas indicaciones a la camarera, y sonríe a dos mesas en la
distancia, como controla. Yo prefiero sentarme en una mesa, estoy mas cómodo
sentado. Hoy no hay ninguna mesa que me convenza si me siento de frente a la
puerta quedo de espaldas a los baños ( me gusta controlarlo todo). Decido dar
la espalda al baño para controlar quien entra y sale ( quien sabe si entra Scarlett Johansson y por estar de espaldas a la puerta no me entero y se pierde
la oportunidad de conocerme).
El
local de la cafetería Lorena no es muy grande, es austero, sin excesos. Un sitio
apacible de paredes amarillas y naranjas no excesivamente chillones ( el dueño
del local domina los precios psicológicos, y la pintura zen para determinados
ambientes, un fenómeno). Cojo el periódico de encima de la barra (literalmente
lo peleé y lo gané, porque otro cliente iba por él pero estuve más rápido, ¡
amigo aprende a batirte con el enemigo adecuado!). No hay televisor, ni radio
puesta. Me vuelvo a fijar en el camarero, es de los de antes, de los de
toda la vida, esta haciendo mil cosas a la vez ( ¡que dominio!). Me agobio solo
de verlo. Esta dando conversación a tres clientes a la vez, cobrando dos
cortados, preparando mis tostadas y con una sonrisa permanente. Además va
impecable (no como otros lugares que a los camareros les falta ir en chándal).
Perfectamente, podría ir a una reunión de negocios. Por un momento me veo en “
Cuéntame” ( de hecho, el hombre que desayuna en la última mesa tiene un aire a
Juan Echanove) y me traslado a los 70 o 80 ( será como aquel camarero de los
años ochenta…o algo así decía la canción de Ivan Ferreiro). Por las
conversaciones es clientela habitual y el camarero esta preocupado por las
conversaciones o, sin duda, es un gran fingidor.
A
las 8,56 aparece mi café con leche. Como siempre sin sacarina. Me levanto a por
ella. El café en la cafetería Lorena es bonito, si si, he dicho bonito, tiene
su espumita y espolvoreado con cacao. ¡Mmmmmmm! Esta excelente ( si hay algún menor que deje de leer, ¡está
cojonudo! ). Muy muy rico. Pregunto a la camarera que café es (no porque vaya a
tomarlo en casa que no bebo café, sino exclusivamente para hacer de buen bloguero
y comentarlo), la marca es café Valiente. Sin duda el mejor que he probado ( se
merece un 10). Voy a parar un poco o me lo beberé antes que aparezcan las
tostadas.
No
espero mucho,a las 9 aparecen mis tostaditas, mis amadas tostadas . La
presentación simple dos tostadas sobre un plato blanco. Las tostadas ya vienen
con el tomate untado sin sal ni aceite. El tomate esta bien rallado, y me llama
la atención la intensidad del rojo. Es tomate natural que cubre por completo el
conjunto de la tostada. A su lado me sirven el aceite y el salero. Podría decir
como siempre la botellita o botella de aceite pero no, esto es una botella
superlativa, es un botellazo, un botellón. La verdad una botella algo mas
pequeña sería mas cómodo. No obstante, el aceite esta muy bueno, es virgen extra para mas datos es de Viver en Valencia. El salero no vale para echar la sal a las tostadas ( ¿pero cuantas veces tengo que repetir todo?).
pequeña sería mas cómodo. No obstante, el aceite esta muy bueno, es virgen extra para mas datos es de Viver en Valencia. El salero no vale para echar la sal a las tostadas ( ¿pero cuantas veces tengo que repetir todo?).
El
pan es pan de pueblo y esta muy crujiente, quizá excesivamente, a veces incluso
un poco duro. Dos inconvenientes: el primero que el pan no esta demasiado
caliente, las tostadas no están hechas a la plancha sino e hornillo, eso hace
que no se caliente el tomate y pare demasiado frío. A mi juicio, las tostadas
no deben arder pero tampoco tomarse frío, sino no pega cuando lo mezclas con el
café ( el café sigue estando inmenso). El segundo inconveniente es que las
tostadas son algo pequeñas. Hay que empezar el día con energía, un poco mas de
diámetro no vendría nada más (aunque para mi diámetro mejor cuanto menos
diámetro tengan las tostadas).
Este
camarero es total, al ver que he terminado (se percató al segundo y medio, creo
que tiene sensores que le permite controlarlo todo) y tengo la mesa llena y me cuesta colocar el
periódico me recoge todo y me dice “así estarás mejor”. Es una auténtica madre.
Le faltaba leérmelo. Además va vestido de marca, nada de cosas de mercadillo,
que la profesión de camarero es muy seria y poca gente se la toma en serio.
Éste lleva en los genes ser camarero.
A
las 9,20 me levanto y me dirijo a pedir la cuenta. ¿ Serán dos con quince o
será publicidad engañosa lo de la puerta? ( como hacen muchos bares/
cafeterías). ¿Te cobras?. Dos con quince por favor. En cafetería Lorena son
gente de palabra. Así que les pondré un 10 es calidad/ precio aunque si pudiese
le pondría un poco mas.
¡Hasta
luego, buenos días!, ¡Buenos días caballero!, y así con esa educación exquisita
salgo de la cafetería Lorena y emprendo mi camino hacia mi trabajo, pensando
que ya apenas quedan camareros
profesionales como los de antes, que hacían del servir y tratar al cliente un
arte.
VALORACIÓN:
Calidad:
8
Tomate: 8
Pan: 6
Aceite: 8
Café: 10
Cantidad: 7
Rapidez:
10
Trato
cliente: 10
Calidad/
Precio: 10
Total:
9
Todos los martes y viernes a la hora de comer crítica gastronómica. Y si te gusta no olvides de darle a seguir( debajo de la cabecera de las mejores tostadas con tomate)
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